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domingo, 24 de agosto de 2014

Microflora

La microflora del suelo está compuesta por cinco grupos grandes de organismos microscópicos: las bacterias, los hongos, las algas, los actinomicetos y los líquines.

La microflora del suelo permite la construcción de este por medio de la desintegración de rocas. De igual manera la microflora cumple un papel muy importante en el desarrollo del suelo, por ejemplo generando suelos más fértiles.

Bacterias

Son seres unicelulares y del tipo procariótico, se multiplican alargándose y dividiéndose en dos partes, algunas  pueden entrar en un periodo vegetativo o de latencia; formando esporas. Las bacterias son microorganismos que su longitud varía desde el tamaño medio de las partículas de arcilla hasta 4 o 5 micras, se presentan en diferentes formas que varías desde redondas, bacilares o espiriladas, sin embargo en el suelo predominan en forma de bacilos, formando esteras, masas amorfas o filamentosas denominadas colonias alrededor o sobre las partículas de suelo (BUCKMAN & BRADY, 1977).



Ameba. Tomada de : http://www.redes-cepalcala.org/

El número de bacterias presentes en el suelo es variable ya que es función de muchos factores de desarrollo, sin embargo la mayor población bacteriana radica en los horizontes más superficiales del suelo; la mezcla de materia coloidal mineral y orgánica es casi siempre un medio óptimo  para el desarrollo y crecimiento de las bacterias además que se condiciona por los siguientes  factores (GÓMEZ F. & GÓMEZ R., 1979)
  • Presencia de nutrientes: fósforo, azufre, calcio, hierro, cobalto y molibdeno
  • Humedad (agua)
  • CO2  y materia orgánica, como fuentes de carbono
  • Aireación
  • Condiciones específicas de temperatura (25 °C  a 40 °C)
  • Condiciones específicas físico-químicas (pH)


En promedio  por cada gramo de suelo se pueden encontrar  3 o 4 billones de bacterias (BUCKMAN & BRADY, 1977).  Existen más bacterias en los suelos cultivados que en terrenos baldíos, en suelos cálidos que en suelos fríos y en suelos húmedos que en suelos secos. Es importante mencionar que existen microorganismos que pertenecen al dominio Archea que se caracterizan por habitar ambientes extremos; los halófilos por ejemplo crecen en suelos salinos, los metanógenos crecen en los sedimentos y el fango y los termófilos que crecen en aguas y suelos ácidos y calientes.

Hay bacterias autóctonas que residen en y son permanente en el suelo, mientras tanto existen bacterias alóctonas que son invasoras o migratorias en el suelo y penetran en este por medio de la precipitación, tejidos enfermos, estiércol o lodo (COYNE, 2000).




Clasificación
Las bacterias del suelo se clasifican en dos clases:

Bacterias autótrofas: Son bacterias que obtienen su energía por medio de la oxidación de los elementos inorgánicos presentes en el suelo (NH4, S, Fe y CO2), como:
  • Bacterias formadoras de nitritos y nitratos
  • Bacterias oxi-reductoras de azufre y del hierro
  • Bacterias que descomponen compuestos hidrogenados.

Bacterias heterótrofas: Son bacterias que su energía y fuente de carbono lo toman directamente de la materia orgánica presente en el suelo; como:

  • Bacterias fijadoras de nitrógeno
  • Bacterias que requieren de nitrógeno fijado
  • Bacterias formadoras de esporas: aerobias y anaerobias
  • Bacterias que no forman esporas: aerobias y anaerobias


Influencia en el suelo

Las bacterias participan en las múltiples transacciones orgánicas que se dan el suelo,  permitiendo así que las plantas y otros organismos se suplan de nutrientes inorgánicos tales como nitrógeno y fósforo, sumado a esto influyen sobre la humedad y capacidad buffer del suelo, fijan en el suelo el nitrógeno atmosférico (GÓMEZ F. & GÓMEZ R., 1979)  y participan en algunas transformaciones enzimáticas fundamentales como son la nitrificación y oxidación del azufre (BUCKMAN & BRADY, 1977). Es importante saber que existen bacterias a las que se les ha asociado como agentes de control biológico en el suelo, puesto que en su proceso metabólico originan sustancias que inhiben la actividad de otros microorganismos  patógenos, del suelo, dando lugar a una protección radicular en las plantas superiores. Existen también bacterias como Bacillus subtilis que por la producción de un polisacárido que mejora la estructura del suelo, disminuyendo así el efecto erosivo de las gotas de lluvia (GÓMEZ F. & GÓMEZ R., 1979).

Hongos

Los hongos son organismos pluricelulares que crecen como largas hebras ramificadas, llamadas hifas, a través de las partículas del suelo y de las raíces de las plantas. El conjunto de hifas del hongo se llama micelio. Sólo algunos hongos son unicelulares, como las levaduras. Puede existir hasta un millón de microorganismos de este tipo por gramo de suelo. Si bien los hongos son organismos microscópicos, las estructuras de fructificación de muchos de ellos son visibles; por ejemplo, cuando recorremos un monte en otoño, las reconocemos como setas en la superficie del suelo o en la corteza de algunos árboles (GÓMEZ F. & GÓMEZ R., 1979). 

Los hongos se pueden clasificar en tres grupos:

Los descomponedores: lo integran los hongos saprofíticos que convierten la materia orgánica muerta en biomasa disponible para otros organismos. Juegan un papel fundamental en los procesos de descomposición, ya que utilizan compuestos complejos como los residuos fibrosos de las plantas, ricos en celulosa y lignina, y los convierten en formas simples. 

Los mutualistas: lo componen los hongos micorríticos; colonizan las raíces y toman carbono de la planta, y simultáneamente le facilitan a la misma la absorción de fósforo y otros nutrientes del suelo. 

Los patógenos: están constituido por hongos que invaden los tejidos vegetales; causan una reducción de la producción y la muerte de las plantas. Un ejemplo es Fusarium, que puede producir la podredumbre de la semilla o de las pequeñas plántulas y su presencia en el suelo afecta la implantación de los cultivos. 

Los hongos juegan un importante papel en la nutrición de las plantas, porque forman asociaciones con sus raíces llamadas micorrizas, por lo menos en el 85% de las plantas se presentan asociaciones micorrícicas; además, compiten activamente con la planta por nitratos y amonio. El micelio (masa de hifas que constituye el cuerpo vegetativo de un hongo) de algunos de ellos puede causar hidrofobicidad en el suelo. Son abundantes las especies fitopatógenas (JARAMILLO, 2002).

Aureobasidium pullalans.Tomada de: http://www.madrimasd.org/blogs/universo


Los hongos forman y estabilizan estructura en el suelo, con su micelio. Intervienen en los procesos de transformación de la materia orgánica del suelo; Algunos hongos, como el penicillum, ejercen control sobre las poblaciones de microorganismos en el suelo, mediante la producción de antibióticos.

Algas

Organismos fotoautótrofos importantes en el proceso de colonización del material parental. Ellas inician el proceso de formación del suelo. Además, en suelos ya formados, son una fuente importante de materia orgánica (Burbano, 1989)

Las algas no tienen incidencia en la mineralización de la materia orgánica, pero son organismos productores y, en muchos casos, fijadores de nitrógeno atmosférico. En la superficie, su número puede oscilar entre 100.000 y 800.000 por gramo de suelo (JORDAN L., 2006). Se clasifican en tres grupos: Verde azuladas, Verdes y Diatomeas (BUCKMAN & BRADY, 1977).

La participación de las algas en las propiedades físicas de los suelos, se deben a que contribuyen en la formación de agregados así como también en la aireación al liberar oxígeno como producto de su fotosíntesis, y en las propiedades químicas se debe al aporte de su propia composición (nitrógeno orgánico, carbono orgánico y fósforo) (GÓMEZ F. & GÓMEZ R., 1979).

Alga Verdeazulada. Tomada de : www.ejemplode.com

Actinomecetos

Organismos muy activos en la descomposición de celulosa y de otros compuestos orgánicos más resistentes y complejos del suelo, por lo cual son importantes en la humificación de la materia orgánica; son aerobios y de gran importancia en relación con la disolución de la materia orgánica del suelo y la liberación de nutrientes de ella (BUCKMAN & BRADY, 1977). Los Actinomicetos son bacterias filamentosas comunes en suelos neutros a alcalinos, bien drenados (JARAMILLO, 2002).

 Algunos actinomicetos secretan sustancias probióticas o antibióticas al medio. Otros son parásitos de plantas superiores. En un gramo de suelo pueden existir entre 15 y 20 millones de hongos actinomicetos (JORDÁN L., 2006).

En la base de la clasificación ocupan una posición intermedia entre los mohos (hongos) y las bacterias. Los actinomicetos se desarrollan mejor en la humedad y en un suelo bien aireado, además son sensibles a las condiciones de acidez del suelo, estando su desarrollo optimo entre 6,0 y 7,5 de pH (BUCKMAN & BRADY, 1977).

Géneros importantes de Actinomicetos son: Anthrobacter, Nocardia, Streptomyces (productoras de antibióticos), Frankia (importante por su capacidad de asociarse con especies forestales y fijar nitrógeno).

Líquenes

L  Los líquenes consisten en la asociación entre un alga o cianobacteria y un hongo (generalmente un ascomiceto). Este tipo de asociación permite que el liquen colonice hábitats en los que ni hongos ni algas pueden vivir de forma independiente (JORDÁN L., 2006). Los líquenes son muy eficientes en la utilización del nitrógeno atmosférico.

     La importancia de los líquenes radica en que empiezan el desgaste bioquímico de las rocas en ambientes inhóspitos, conduciendo finalmente a la formación del suelo. En general crecen muy lentamente (unos cuantos milímetros al año), debido a que son uno de los pocos organismos capaces de colonizar superficies tan inhóspitas como las rocas, son de los pocos microorganismos que pueden soportar temperaturas extremas, desecamiento y exposición a rayos ultravioleta (COYNE, 2000).


Liquen. Tomada de: http://images.fineartamerica.com/

Referencias

BUCKMAN, H. O., & BRADY, N. C. (1977). Naturaleza y propiedades de los suelos. Barcelona: Montaner y Simón, S.A.

COYNE, M. (2000). Microbiología del suelo: un enfoque exploratorio. Madrid: Paraninfo.

GÓMEZ F., E., & GÓMEZ R., G. (1979). Interacción suelo-planta-microorganismos. Medellín, Colombia: Universidad Nacional de Colombia.

JARAMILLO, D. F. (2002). Introducción a la ciencia del suelo. Medellín: Universidad Nacional de Colombia.

JORDÁN L., A. (2006). Manual de edafología. España: Universidad de Sevilla











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